Como cultivadores, sembramos cannabis con el propósito de conseguir el colocón que provoca al consumirlo y normalmente deseamos obtener variedades con el mayor contenido posible de THC. Gracias a los conocimientos obtenidos por los científicos que se dedican a analizar la planta de marihuana también sabemos que el cannabis posee unos 85 cannabinoides, por lo que aún resulta más increíble que el público general sólo esté familiarizado con uno.
En el mundo de hoy la cultura cannábica crece con rapidez,
se están realizando trabajos científicos rompedores por todo el mundo. Estamos
aprendiendo que aún hay mucho más que descubrir sobre el contenido de esta
mágica planta. Uno de los mayores descubrimientos realizados por la
investigación moderna tiene que ver con el segundo cannabinoide más concentrado
–cannabidiol, abreviado CBD. THC y CBD son los dos cannabinoides más abundantes
naturalmente, el THC supone alrededor del 12-25% y el CBD >1-4% de promedio.
Si sólo la cuarta parte de lo que los investigadores están diciendo sobre el
CBD es cierto, este descubrimiento puede tener un impacto tan grande en la
medicina natural moderna como el descubrimiento de los antibióticos.
El CBD se considera un cannabinoide no psicoactivo, aunque podría parecer que tiene efectos psicoactivos, ya que ocasiona un colocón sedante que es el responsable del alivio que muchas personas buscan en el uso medicinal. Sus aplicaciones medicinales superan las de cualquier otro cannabinoide conocido, e incluyen: reduce y previene la inflamación y la náusea, diabetes, alcoholismo, trastorno de estrés postraumático, esquizofrenia, artritis reumatoide, epilepsia, enfermedades cardiovasculares, antipsicótico, ansiolítico e incluso analgésico contra los dolores neuropáticos y por espasmos musculares, que tradicionalmente resultan más difíciles de tratar con otras medicinas, incluso farmacéuticamente.
Los mamíferos, pájaros, reptiles y pájaros tienen compuestos endocannabinoides fabricados por sus propios cuerpos que son básicamente un THC “natural” llamado anandamida. Técnicamente, anandamida (Ananda = felicidad en sanscrito + amida = tipo de compuesto químico) es un compuesto neurotransmisor presente de forma natural que circula por nuestros cuerpos. Tanto el THC como la anandamida actúan a través de los receptores cannabinoides situados en las células del cuerpo y tienen efectos similares en áreas como el dolor, el apetito o la memoria. Los receptores son simples proteínas de las células que actúan como porteros que dirigen las señales químicas de las moléculas exteriores al interior de la célula, ordenándole que haga algo, una especie de controlador aéreo para las células, aunque esta comunicación sólo tiene lugar cuando una molécula o compuesto se une a ellos.
El CBD y el THC, individualmente, han demostrado trabajar contra el cáncer, pero además generan sinergia cuando se combinan. Necesitamos nuevos y mejores ensayos clínicos para determinar exactamente que funciones tienen cuando trabajan juntos en forma de cannabis. El CBD ha mostrado en algunos estudios que bloquea la señalización de GPR55, reduciendo así la proliferación de las células cancerígenas y el proceso de reabsorción ósea, ejerciendo de este modo su efecto anti cáncer.
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